¿Es Medea una historia de terror?

Contexto

Medea fue una de cuatro obras con las que Eurípides ganó el tercer lugar en las Olimpiadas número 87 (431 a.c), según Aristófanes de Bizancio. Sin embargo, es Medea, actualmente, una de las más icónicas obras de este autor y de las tragedias griegas en general. El motivo: es perturbadora, de hecho, al final de la obra, el coro cierra diciendo que “muchas veces lo dioses obran lo inesperado. No se cumple lo que era esperado, y a lo nunca pensado un dios lo hace efectivo. Tal es lo que hoy sucede.” Y no es para menos el dejo de sorpresa ante esta tragedia, es una sorpresa perturbadora que raya en ser una historia de terror.

Medea asesina cruelmente a sus hijos para vengarse de su esposo (Jason) quien está a punto de casarse con la hija del Rey Creón de Corinto:

Medea, con los hijos muertos, huye de Corinto en un carro tirado por dragones
Hacia 1887, Germán Hernández Amores

“Mataré a mis hijos: nadie habrá que pueda arrebatármelos. (…) Los hijos que en mí tuvo , no ha de volver a verlos vivos y de su nueva esposa no tendrá hijos: mal fin va a tener ella por obra de mis venenos”

Es una historia de venganza, de una cruda y aterradora venganza, donde la muerte de los hijos es la culminación de una vida criminal de Medea, quien ya ha asesinado antes. En esta obra asesina a la nueva esposa de su marido y al Rey. En la historia en que conoce a Jason asesina a su pequeño hermano para facilitar el escape de Jason y los Argonautas. Al intentar recuperar el reino de Jason, engaña a las hijas del Rey Pelias para que éstas le den muerte sin saberlo. Seis asesinatos por los nunca fue castigada, si acaso desterrada.

Medea vengadora o vengativa

La venganza es aquí el tema principal, pero no cualquier venganza, porque bien pudo asesinar al infiel y cínico marido, dando muerte al objeto de su amor y su desgracia. Pero Medea planeó algo mayor, quitarle todo lo que amaba: sus hijos, su joven esposa, la posición y el poder que el nuevo matrimonio le daría. Y, además, dejarlo con vida para que sufriera sus pérdidas, atormentándolo de por vida, lo dejó sin nada y se fue impunemente.

Es una historia perturbadora porque no nos resulta ajeno el tema: el deseo de venganza, después de todo la infidelidad y la traición es parte del drama de la vida cotidiana ¿Quién no ha fantaseado con vengarse de la manera más atroz de aquél o aquella que le ha roto el corazón? Por supuesto que lo puedes fantasear, pero llevarlo al acto es impensable.

Medea sufre, en algún punto se puede empatizar con su dolor. Ha sido utilizada y desechada y le piden que lo acepte sin queja alguna. De la noche a la mañana su amado esposo Jason, por quien dejó su tierra natal, traicionó a su padre y asesinó a su hermano la abandona sin argumento válido alguno:

Jasón. – Legué hasta acá de Yolcos, agobiado de funestas desgracias… ¿qué mejor fortuna fuera para mí casarme con la hija del rey, siendo como era un mísero vagabundo? No es -como tú reprochas- por hastío de tu lecho conyugal, ni por el ardor de codicia hacia una nueva esposa, ni por tener una prole numerosa -con los tuyos me basta y no estoy descontento- nada de eso es. Lo que yo intentaba, y esto es lo fundamental, era tener una vida sin penas, con todo lo suficiente en abundancia, sin miseria, sin necesidad.”

Jason jugó sucio, no hay duda, veía por su propio beneficio tratando de justificar sus acciones. Medea sufre lo mismo que sufren otras mujeres de todas las épocas: traición amorosa que, además, es minimizada por los demás. Pero no sufre sólo por la traición amorosa per sé, sufre también porque idealizó el matrimonio y la familia, y de la noche a la mañana se le vinieron abajo estos constructos, además, es desterrada y no tiene hogar al cual regresar.

No conforme con ello, Jason y el Rey Creón (Creonte) esperan sensatez de su parte y que asuma los hechos de una vez por todas. Así nada más, que asuma su realidad y no arme ningún alboroto. Ambos saben de lo que ella es capaz, saben su historial criminal y sus habilidades en el arte de la hechicería, en realidad no fue muy inteligente de su parte esperar que Medea actuara pasiva y serenamente.

Medea no es una heroína, porque asesina por despecho no por necesidad o un bien mayor; deja de ser víctima de la traición de su esposo cuando planea su venganza, cambia su rol a victimaria. Pienso que es una mujer perturbada, acostumbrada a obtener lo que desea debido a su inteligencia y astucia, es una excelente estratega, de no ser por ella, Jason no hubiera conseguido el vellocino de oro. El Rey Creón y Jason pecaron de ingenuos ante la súplica de Medea y su repentino cambio de actitud ante su inevitable destino. Fueron ingenuos porque subestimaron la ira de Medea, sus dotes histriónicos y sus habilidades de manipulación.

Medea: Fantasía o espejo

Medea es una mujer actual, sólo hace falta echar un vistazo a la historia de la humanidad y encontraremos varias Medeas que, envueltas por la ira y la pasión, se dejaron llevar por el deseo de venganza. Se ha comprobado también, la historia nos lo ha dejado ver, que la venganza femenina suele ser más elaborada, más planificada, a diferencia de muchos de los actos violentos que realizan los hombres que suelen ser arrebatados y dictados por la fuerza física. La locura que la acompaña no demerita en absoluto sus virtudes, aunque tal vez esperábamos que con estas virtudes fuera, además, buena, pero si así lo fuera esto no sería una tragedia, ¿cierto?

¿Es Medea una historia de terror? No en sí misma, pero lo es cuando pensamos qué tan lejos estamos de convertirnos en una Medea o si somos una Medea en potencia, hay incluso un denominado «Síndrome de Medea» y no es algo exclusivo de las mujeres.

Es fácil corromperse, lo vemos en la vida diaria, la línea es muy delgada entre hacer siempre las cosas como deben de hacerse y decir, no pasa nada si me paso el alto, si me estaciono en doble fila o si ocupo el lugar de estacionamiento del vecino, total, sólo es por un momento y mis necesidades inmediatas son mas importantes que respetar las de los demás. Es bien fácil decidir cuándo está bien seguir las reglas y cuándo “no pasa nada”. Si podemos hacer como que no pasa nada en estas ocasiones porqué no pensar que si un día nos abandona el (o la) que creíamos era el amor de nuestra vida, nos exilian con todo e hijos, sabemos que se va a casar con otra(o) más joven y heredera(o) al trono, después de que dejamos todo por ese hombre, el hogar, la familia, el honor. Nos corrompimos para salvar al amor y luego el amor nos abandona por otra(o). Medea nos plantea la posibilidad de convertirse en victimaria y elegir la venganza, aun cuando el rol de víctima es el más usual para las mujeres en su situación.

Medea furiosa, 1838, Eugène Delacroix

Venganza, todo el mundo ha fantaseado con ella. Venganza significa que algo malo le sucederá a aquel o aquellos que nos han dañado, le sucederá porque estamos planeando que así sea.

Medea arrasa con todo y todos a su paso para hacerle el mayor daño posible a Jasón, el hombre que le rompió el corazón. Todo el amor y dedicación que le tuvo antes se ha tornado en una fuerza vengativa que no dejó rastro, solo dejó lugar para el dolor.

Medea se convierte en una historia de terror si te vez cara a cara con ella, ¿qué harías tú si te dañan de esa manera? Probablemente la mayoría diría que aceptaría el exilio y buscaría refugio con sus hijos en otras tierras donde encontraría la forma de ver por sí misma y sus criaturas. Por orgullo, por resiliencia, por dignidad. Otras rogarían por el amor de Jason e implorarían asilo por sus hijos. Otras más pensarían la forma de vengarse humillándolo públicamente. Tal vez algunas lo asesinarían, dando muerte al origen de su dolor. Pero cuántas tendrían la fuerza y la sangre fría para asesinar tan cruelmente a cuatro personas: el rey, la hija del rey y sus dos hijos. Todas diríamos, yo no, pero, ¿les ha pasado? Nos conocemos en nuestras acciones.

Fantasearlo implica verte en los ojos de Medea y reconocerte en ella y eso es terrorífico. Es ver tus propios demonios de frente y confrontarlos. Por suerte, la mayoría no lo haríamos, pero nunca está demás confrontar los demonios.

Comentario final sobre el final de Medea

El final de la obra no me gusta, entiendo que es una forma de acentuar el tormento de Jason al salir Medea impune de la escena mortuoria, pero recurrir al deux ex machina no es mi recurso favorito: Medea se va impune en su carruaje con dragones alados que su abuelo le heredó. Sin embargo, tampoco elegiría por final que fuera aprehendida y juzgada por sus crímenes, porque no se trata de una obra aleccionadora, quitaría dramatismo al texto, esto es una tragedia. Probablemente elegiría el suicidio de Medea y una carta inculpando a Jason porque su traición la llevó a la locura (aunque algo de eso ya tenía) y alguna reflexión dirigida a las futuras generaciones advirtiendo que nada te garantiza el amor, ni las buenas acciones que haces por conseguirlo ni las artimañas para conservarlo.

Eurípides. “Medea”. Las diecinueve tragedias. Sepan cuántos, Porrúa. México, D.F. 1979