Reseña a «Llamadas telefónicas» de Roberto Bolaño

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“Llamadas telefónicas” de Roberto Bolaño (1953-2003) es la compilación de cinco cuentos: “Sensini”, “Henri Simon Leprince”, “Enrique Martín”, “Una aventura literaria” y “Llamadas telefónicas”, antología escrita entre 1995 y 1996, publicada en 1997.

Mucho se ha dicho ya sobre Bolaño, sobre su escritura no sólo como profesión sino como estilo de vida. Y es que, de manera reiterada, la literatura es un referente inmediato si de Bolaño se trata. Por lo general, tiende a escribir sobre la escritura, escribir sobre escritores, casi siempre con un tono sombrío, miserable, deprimente, aunque al mismo tiempo divertido, pero divertido en el sentido sarcástico e irónico, lo cual resulta en una lectura semi amarga, no por ello menor, de ninguna manera, Bolaño tenía un preciso uso del lenguaje.

Otra característica que destaca a este autor es el elemento autobiográfico, para el que ha recurrido a Arturo Belano, un alter ego que, al igual que Bolaño, es un escritor chileno nacido en 1953, exiliado en México y España debido a la dictadura en su país natal. En este caso no es la excepción, al menos en “Sensini” y en “Enrique Martín” es de forma explícita. En el segundo, él mismo se presenta; en el primero, sabemos que se trata de Belano por la referencia a su novela “Detectives Salvajes”. La referencia no es explícita, sólo si previamente has leído la novela, sabrás que es en el capítulo 2, el más extenso, cuando entrevistan a Mary Whatson, que sabemos que Belano se encontraba en Barcelona a finales de los 70 como guardia de un camping.


Sensini

Es una historia divertida por el uso de la ironía y la burla hacia los concursos literarios. Sensini era un escritor argentino venido a menos en los años setenta, tuvo que huir a España por la dictadura de su país. Aunque ha sido condecorado y reconocido en otros tiempos, las editoriales actuales no lo buscan más y sus libros han quedado en el olvido. En un concurso literario, Arturo Belano, aunque ya dijimos que la referencia no es explícita, ha resultado ganador del tercer lugar, pero se da cuenta de que el segundo puesto fue para Sensini, un escritor que él admira, así que se da a la tarea de buscarlo. Comienza entonces una larga travesía epistolar entre ambos escritores.

Sensini relata en sus cartas cómo es que ha vivido de los concursos literarios por años y pretende seguir haciéndolo, devela que los jueces muchas veces ni siquiera leen los textos o lo hacen de manera superficial, por lo cual, él ha tenido el atrevimiento de enviar el mismo cuento a dos o tres diferentes concursos, sólo cambiando el título del cuento. Incluso ganó un par de concursos con el mismo cuento.

La amistad se reafirma con cada carta y se toman aprecio, hasta que un día Belano recibe una carta que asume de despedida, ya que Sensini decide regresar a Argentina. Pasado el tiempo, un buen día se aparece repentinamente en su casa la hija de Sensini, Miranda, sabe de ella por las cartas. Ésta le corrobora que su padre se fue a Argentina en búsqueda de noticias de su hijo mayor, Gregorio, quien estaba desaparecido desde hacía tiempo, pero la búsqueda terminó por acabar con la salud de Sensini, quien, naturalmente, fallece desconsolado. La llegada de Miranda a la casa de Belano es inesperada, nunca antes se habían visto. Al hablar sobre Sensini, el encuentro se torna una especie de cierre de un ciclo, o fin de un duelo, tanto para Belano como para la hija.

Sensini es una referencia al escritor argentino Antonio Di Bennetto (1922-1986), amigo de Bolaño, con quien, efectivamente, mantenía una relación epistolar en España cuando ambos estaban refugiados debido a los conflictos en sus respectivos países. El cuento está escrito en primera persona, sólo sabemos de Sensini por lo que el protagonista nos dice de él. El final es llano, necesario casi podría decir, Belano pudo darle cierre a la relación con Sensini. Deja una sensación nostálgica.

Dato irónico de Sensini, obtuvo el Premio de Narración Ciudad de San Sebastián en 1997.

“De pronto me di cuenta de que ya estábamos en paz, que por alguna razón misteriosa habíamos llegado juntos a estar en paz y que de ahí en adelante las cosas imperceptiblemente comenzarían a cambiar.”

Henri Simon Leprince

“Por supuesto, es un escritor fracasado, es decir, sobrevive en la prensa canalla parisina y publica poemas (que los malos poetas juzgan malos y que los buenos poetas ni siquiera leen) y cuentos en revistas de provincias. (…) Es de mediana edad, es soltero, se ha acostumbrado al fracaso.”

Otro cuento de escritores, mejor aún, de un escritor fracasado llamado Henri Simon Leprince. El contexto es Francia, el tiempo es pre, durante y post la Segunda Guerra Mundial.

El mundo literario al que Leprince quiere pertenecer no lo reconoce, lo minimiza, incluso les incomoda su presencia. Está tan acostumbrado al fracaso que cuando el grupo de escritores colaboracionistas le brinda una oportunidad en una revista, la rechaza, no sabe cómo aceptar un trabajo así, no sabe cómo ser importante en algún lado. Por lo que termina haciendo de recadero, chofer, rescatista y mandadero del grupo de resistencia, quienes más o menos lo identifican y usan a su conveniencia. Leprince ayuda a otros escritores durante toda el tiempo de guerra, a veces poniendo su vida en riesgo, pero no obtiene de ellos mas que las gracias o un vago intercambio de palabras por compromiso que no concretan ninguna amistad. Leprince sabe que es un personaje incómodo, piensa que puede ser su educación o su imagen misma.

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Bolaño desarrolla un personaje que duele por su miserabilidad, su mediocridad que lo llevan a vivir de las migajas de las figuras encumbradas que él admira. Leprince es un personaje triste que desespera y a la vez genera cierta ternura con su resistencia por pertenecer al mundo literario. Cuando termina la guerra se retira a un pueblo donde continúa escribiendo para una que otra revista local. Sabe que es un mal escritor, pero sabe también que los buenos escritores necesitan de los malos escritores aunque sea como lectores o como escuderos, dice Bolaño.

No sabes si el relato es conmovedor por el personaje o porque toca fibras muy sensibles, hace que nos preguntemos si nos identificamos con Leprince y hemos nacido estrellados o si somos como los demás escritores que le rehúyen y tememos estrellarnos como él.

Enrique Martín

“Un poeta lo puede soportar todo. Lo que equivale a decir que un hombre lo puede soportar todo, pero no es verdad: son pocas las cosas que un hombre puede soportar. Soportar de verdad. Un poeta, en cambio, lo puede soportar todo. Con esta convicción crecimos. El primer enunciado es cierto, pero conduce a la ruina, a la locura, a la muerte.”

Uno más sobre escritores, otro personaje fracasado que insiste en no serlo, pero no puede con su falta de talento. Enrique Martín es un cuento narrado en primera persona donde el narrador no es el protagonista, nuevamente se trata de Arturo Belano, aunque esto nunca es explícito en el cuento lo podemos deducir por algunos datos que brinda. El narrador nos lleva por la historia de Enrique Martín, un mal poeta, sólo leído por sus amistades y publicado en revistas de poco tiraje. Sin embargo, se le tenía un gran aprecio en la comunidad literaria debido a su tenacidad, nunca deja de luchar por ser un buen poeta, tanto así que costeó una revista de literatura que incluyó a varios escritores amigos, pero no a Belano, situación que trunca la amistad.

Por alguna razón, Enrique Martín, insiste en aparecer en la vida de Belano con el afán de que éste leyera sus poemas y le diera el visto bueno. La relación se reanudaba de forma muy forzada. Belano era indulgente en sus comentarios como crítico, porque en realidad no le interesa. Finalmente, Enrique anuncia su retiro definitivo de la poesía, ya que asevera que al fin ha comprendido que no necesita hacer el ridículo para disfrutar del arte.

En una ocasión, Belano recibe una extraña carta llena de códigos numéricos y alfabéticos y un mapa por descifrar. Todo ello escrito sobre la invitación a una cena coctel que se daría en su honor, debido a su más reciente novela publicada. Belano decide no asistir e ignora la carta, pero al poco tiempo le llega una nueva en condiciones similares, sabe que proviene de Enrique, pero no le toma importancia. No pasa mucho para que Enrique se aparezca de nuevo, ésta vez de imprevisto en su casa, sólo para entregarle un folder que le solicita guarde por él. No da más explicación y se va. Belano se entera un par de años después de que Enrique tenia una librería con su ex esposa, al parecer les iba muy bien, por lo que la noticia de su suicidio le sorprende. Belano no sabe cómo sentirse al respecto, no recordaba que tenía el folder misterioso que Enrique le delegó, y, al revisarlo se percata de que son poemas, pero no había ahí ningún indicio del motivo de su muerte.

Sin duda es un relato triste, un escritor que insiste en ser poeta, que admira a otro escritor, pero que de él no recibe nunca más que malos elogios. Nunca fueron buenos amigos, las expectativas altísimas de Enrique no empataban con las nulas de Belano, a quien poco le importaba el mundo en realidad. Hasta su suicidio fue plano, se podría pensar que nunca dejó la poesía del todo, que aquél sobre que le dio a su amigo era su último intento de ser poeta y terminó arrumbado, sólo con sus muerte fueron rescatados esos versos, versos de malas imitaciones.

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Una aventura literaria

A y B son los protagonistas, más B que A, porque A es tomado de referencia para todo lo que B hace, siente y piensa.

A es un escritor afamado, celebrado, tal vez excesivamente, lo cual llena de envidia a B, quien lo considera un cretino y farsante. B es también escritor, pero no logra fama sino hasta que logra que le publiquen una novela, en la cual ha escrito una parte en la que parodia a A de manera descarada. Sin embargo, es gracias a A que la novela de B alcanza la fama, ya que A es también un gran crítico y ha hecho una reseña fabulosa sobre dicha novela. B no puede creerlo, no sabe si es una trampa, si es que A no se ha dado cuenta de la burla que hace de él, o si es que acaso ni siquiera ha leído la novela. La novela es un éxito gracias a A.

Pasa algún tiempo y B publica otra novela. Vuelve a suceder lo mismo, A es el primero en reseñarla y la llena de florilegios. Esto desconcierta a B más que nunca, no entiende cómo es que ha leído su obra tan rápido y que tenga esa opinión tan exagerada sobre ella. Es decir, ¿y si lo ha juzgado mal todo este tiempo? ¿y si ha sido injusto con A? ¿qué es lo que A quiere de él? Se obsesiona con buscarlo y enfrentarlo de una vez por todas, pero de una u otra forma no logran encontrarse, no es sino hasta después de varios intentos que A acepta el encuentro. A está nervioso; B lo está también. Finalmente, dos grandes van a encontrarse y las expectativas están rebasando el momento.

Una aventura literaria es un cuento muy ágil de leer, es pura acción y muy poca descripción, todo sucede muy rápido, está narrado en tercera persona, nunca sabemos los nombres de los personajes, ni por qué A actúa como actúa con B. Pero sí entendemos a B, o al menos nos identificamos con él, quien pasa de la envidia a la venganza literaria por la ridiculización de A en su novela, a la duda y, finalmente, a la admiración de A. Del encuentro no sabemos nada en realidad, justo en ese momento termina el cuento, tal vez sea lo de menos, el final queda abierto al beneplácito del lector.

Llamadas telefónicas

«B está enamorado de X. Por supuesto, se trata de un amor desdichado. B, en una época de su vida, estuvo dispuesto a hacer todo por X, más o menos lo mismo que piensan y dicen todos los enamorados. X rompe con él. X rompe con él por teléfono. Al principio, por supuesto, B sufre, pero a la larga, como es usual, se repone. La vida, como dicen en las telenovelas, continúa. Pasan los años.»

Es el cuento que da el nombre a la compilación. Es el único cuento que no trata sobre escritores, sino de amor, o mejor dicho, de lo complicado y desdichado que puede ser el amor.

La historia narra la relación de B y X, quienes en su juventud fueron pareja, terminaron y de pronto volvieron a contactarse. Para entonces ha pasado mucho tiempo, ya son grandes, comienzan una relación a distancia por teléfono y deciden verse. B toma un tren para visitar a X, quien vive al otro lado de España. El encuentro es bueno, rápidamente pasan a intimar y reanúdan la relación de su juventud. B se siente enamorado de nuevo.

Al principio todo parece bien, pero X es inestable emocionalmente, padece depresión y tiene tremendos episodios de llanto. X despacha a B a pesar de los cuidados que éste le provee. B no entiende y se marcha con el corazón herido. Intenta que la relación continúe a distancia, pero las llamadas son cortantes por parte de X. Pasados unos meses B vuelve a insistir con las llamadas, pero sucede lo mismo, la frialdad de X es dolorosa:

«El tiempo -el tiempo que separaba a B de X y que B no lograba comprender- pasa por la línea telefónica, se comprime, se estira, deja ver una parte de su naturaleza.»

Un día B se entera de que X ha sido asesinada. Él es sospechoso, pero no hay pruebas en su contra. Decide hacer más investigación por su parte, así que busca al hermano de X, pero éste no es de ayuda, solo sabía que su hermana solía tener varios novios. El caso se resuelve cuando arrestan a un ex novio de X. B recibe la noticia por teléfono y se queda solo.

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Es un cuento intenso, desesperante incluso, pero con un final seco, sin opciones para B quien termina solo, tal y como inició. El autor cuestiona si es que B estaba enamorado o si estaba enamorado de la idea de estar enamorado. Tal vez sea así, por eso se aferraba a alguien que evidentemente no lo quería en su vida. Es una historia desconsoladora y tan común, que abruma.

Comentario final

A excepción de Sensini, los demás cuentos son de desazón, tristes, se podría decir, son tipos perdedores, escritores venidos a menos, que no serán recordados, luchando por ser algo que no son. También están los últimos dos cuentos, donde el anonimato forma parte de la trama, donde A y B terminan en una relación extraña de espejeamiento en la labor de escritor. Y B y X que, bueno, no llegaron más que a la muerte y la miseria. Bolaño es experto en develar esa parte patética que nos acompaña como condición humana, pareciera que no vamos a ningún lado en realidad, pero siempre hay una parte nuestra de querer ser recordados, por los ex amores, por un buen rival, por nuestro lectores y lectoras. Alguna vez leí que si escribimos es para que nos lean y nos quieran, aunque sea un poco, de alguna manera.

2 comentarios en “Reseña a «Llamadas telefónicas» de Roberto Bolaño

  1. Hace mucho tiempo que leí «Los detectives salvajes» y el recuerdo global que tengo de la novela es que recordó mucho a «Rayuela» de Cortázar que también me encantó. Gracias por traer a tan gran escritor. Un saludo.

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