Minificción: un deleite poco reconocido

La minificción llegó a mi vida de manera azarosa. Alguna vez, recordando las fábulas que leí en la secundaria, me di a la búsqueda de las escritas y muy conocidas de Esopo y de Horacio Quiroga. Parte de la magia del ciberespacio es que te lleva de una página a otra y a otra, y de pronto, me encontré leyendo a Augusto Monterroso. La maravilla de este autor, entre otras cosas, es que sus fábulas no son lo que se espera de una tradicional fábula infantil, ya que tiende al uso de la ironía más que a lo moralizante. Casi todo aquél que ha oído hablar a Monterroso sabe que “El dinosaurio” es su texto más conocido, más por su brevedad que por su contenido, ya que es anunciado como el cuento más corto del mundo. Pero hay que leer otras genialidades del autor para hacerle justicia a su obra.

Así conocí la minificción, por Monterroso. Pero en ese entonces, yo no sabía que ese era el nombre que recibía este género literario, es más, yo seguía con la idea de que se trataba de una fábula y ya. Y es que ha habido tanto debate al respecto, sobre lo que es y no es la minificción, si son fragmentos de otros textos, si son relatos cortos, si son minicuentos o un divertido «accidente» literario. Y es que pareciera que todo cabe en este género mínimo, justamente porque desdibuja los bordes del género literario, lo mismo cabe el cuento paródico que las confesiones hechas cuento, sin saber si lo que se está leyendo es un poema en prosa o un microrelato. Pero si hay algo que caracteriza a este género es su brevedad, no hay lugar para las divagaciones, ni el chisme, ni descripciones prolijas, no, la cortedad del decir, como en la poesía, es lo que brinda la efectividad al texto.

A continuación, enumero algunas de las características que considero más sobresalientes de este género acompañado de un mini ejemplo literario:

BREVEDAD

Indispensable, de ahí viene su nombre como minificción, relato breve, minicuento o cuento mínimo, microficción, etc. Pueden ser unas cuantas palabras, como en el caso de “El dinosaurio” de Monterroso, o bien, una o dos cuartillas cuando mucho. Su efectividad y encanto están en que unas cuantas líneas te pueden presentar toda una historia a partir de un fragmento nada más, el resto es dejado a la imaginación e interpretación del lector, el cual, tiene una participación activa en todo momento en este tipo de textos.

Ella parpadea

Ataque en la cocina de una fiesta:

Él: Estoy divorciado, soy abogado y político, me gustaría volver a verte, ¿vives sola? Dame tu teléfono. Ésta es mi tarjeta, te llamo.

Ella parpadea, ni siquiera lo había visto, sólo había ido a servirse un vaso de agua.

Ethel Krauze.

INTERTEXTUALIDAD. Alusión y parodia

Parodiar otros textos, es decir, reescribir ciertas historias, por lo general historias muy conocidas, para darles un giro inesperado o burlarse de sus personajes o compararlos con la vida moderna, o bien, para reflexionar de una manera distinta esa historia, es uno de los recursos más utilizados en la minificción. Esto debido a que el lector sabe la referencia de la primera historia y le permite disfrutar de su distorsión en la segunda. En otras ocasiones, más que parodia se hace una mera alusión en el texto con una clara interconexión entre un texto y el otro. El lector es esencial en estos casos, ya que el texto depende de si éste conoce la obra aludida o parodiada.

De la serie El libro enmascarado, de Umberto Eco, en su libro Segundo diario mínimo. Un juego que consiste en resumir en pocas palabras la historia de la trama principal de un texto famoso, pero velando su identificación, incluso se puede hacer suponer el lector que se trata de otra historia, por lo que el título debe ser engañoso.

8. Salió a comprar cigarrillos

Inteligente, curioso, prudente, buena posición social, tenía una familia ejemplar. Pero no sabía resistir a las tentaciones, cautivado por mujeres, viajes, caballos. Y venga demorarse en compañía de amigos que portan como puercos. Uno que llega tan lejos como él, merecería que a la vuelta no le esperara ni siquiera un perro. En cambio, ahí está incluso su mujer, esperándole, ensimismada en sus labores y eso que no le habrían faltado ocasiones.

(Respuesta: La odisea) Umberto Eco

 Ahora, parodiando a La odisea también, un cuento corto de Monterroso:

Augusto Monterroso, Ilustración Esteban París.

La tela de Penélope o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quién a pesar de ser muy sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que decirle nada seiba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.

De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.

Augusto Monterroso

SENTIDO DEL HUMOR

Otro componente importante: el sentido del humor. La mayoría de las creaciones mínimas tienen este ingrediente, ya sea en su versión irónica, sarcástica o juguetona, como con los juegos de palabras. Incluso, el chiste es considerado en este género de minificción por algunos autores (y desdeñado por otros), por su sentido alusivo, paródico y sintético, así como las adivinanzas, las parábolas (que educan y moralizan) y las fábulas. Pero, sin duda, aunque haya todo un debate sobre lo que entra en esta categoría o no, sabemos que el sentido del humor ayuda a digerir mejor ciertos temas «delicados» y a que las historias queden grabadas en nuestras memorias de una manera más asequible. Ojo, no es un elemento indispensable aunque sí muy concurrido por los autores.

Luis Brito García

La naparoia

Los pacientes atacados de naparoia sienten la extraña sensación de que nadie los persigue, ni está tratando de hacerles daño. Esta situación se grava a medida que creen percibir que nadie habla de ellos a sus espaldas, ni tiene intenciones ocultas. El paciente de Naparoia finalmente advierte que nadie se ocupa de él en lo más mínimo, momento en el cual no se vuelve a saber más nunca del paciente, porque ni siquiera puede lograr que su siquiatra le preste atención.

Luis Brito García. Nuevas formas de locura.

ELIPSIS Y SÍNTESIS

Si ya hablamos de la necesidad de la brevedad, la elipsis es, sin discusión, la principal figura retórica para este género. Su función es suprimir elementos que quedan sobreentendidos en una oración o párrafo, principalmente los verbos, para que lo que queremos expresar tenga mayor fluidez y energía. Esto se logra con el uso pertinente y estratégico de signos de puntuación. Es más comúnmente utilizado en la poesía, pero en el caso de la prosa y narrativa ayuda a sintetizar la esencia de una idea o una descripción, lo que la hace más contundente.

El engaño

La conoció en un bar y en el hotel le arrancó la blusa provocativa, la falda entallada, los zapatos de tacón alto, las medias de seda, los ligueros, las pulseras y los collares, el corsé, el maquillaje, y al quitarle los lentes negros se quedó completamente solo.

Marcial Fernández

JUEGO DE PALABRAS

Es uno de los recursos que pareciera que más disfrutan algunos autores de este género, bien por divertimento o por arrogancia intelectual, muchos autores tienden al juego de palabras que puede resultar sumamente entretenido para el lector curioso y paciente o muy tedioso de descifrar si no es tu estilo.

Subraye las palabras adecuadas

Una mañana tarde noche el niño joven anciano que estaba moribundo enamorado prófugo confundido sintió las primeras punzadas notas detonaciones reminiscencias sacudidas precursoras seguidoras creadoras multiplicadoras transformadoras extinguidoras de la helada la vacación la transfiguración la acción la inundación la cosecha. Pensó recordó imaginó inventó miró oyó talló cardó concluyó corrigió anudó pulió desnudó volteó rajó barnizó fundió la piedra la esclusa la falleba la red la antena la espita la mirilla la artesa la jarra la podadora la aguja la aceitera la máscara la lezna la ampolla la ganzúa la reja y con ellas atacó erigió consagró bautizó pulverizó unificó roció aplastó creó dispersó cimbró lustró repartió lijó el reloj el banco el submarino el arco el patíbulo el cinturón el yunque el velamen el remo el yelmo el torno el roble el caracol el gato el fusil el tiempo el naipe el torno el vino el bote el pulpo el labio el peplo el yunque, para luego antes ahora después nunca siempre a veces con el pie codo dedo cribarlos fecundarlos omitirlos encresparlos podarlos en el bosque río arenal ventisquero volcán dédalo sifón cueva coral luna mundo viaje día trompo jaula vuelta pez ojo malla turno flecha clavo seno brillo tumba ceja manto flor ruta aliento raya, y así se volvió tierra.

Luis Brito Gracía

MISCELÁNEA

Mi parte favorita, donde todo cabe y nadie queda fuera. Poesía, chistes, cuentos breves, relatos cortos, anecdotarios, ensayos cortos o de opinión ¡Hasta epitafios! como lo menciona Óscar de la Borbolla en su introducción a “Relatos vertiginosos. Antología de cuentos mínimos”. Aquí todo cabe, como los siguientes dos: un poemínimo de Efraín Huerta y un microrrelato de Ana María Shua.

Obligatoriamente

Muy cierto

Caliente amardiente

Tu ombligo

Es todos

Los ombligos

Del mundo

Te adoro

Pues

Ombligatoriamente

Efraín Huerta

Sueño #69 Despiértese

Despiértse, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.

Ana María Shua. La sueñera.

CONCLUSIÓN

En varios de los ejemplos antes citados, se pueden apreciar más de alguna de las características aquí expuestas de manera simultánea, lo cual los hace aún más ricos de lo que se esperaría que fueran estos textos tan cortos. He ahí su magia y su encanto, la cortedad del decir dice mucho más de lo que esperamos que diga, el uso de figuras retóricas como la metáfora, la alegoría, la elipsis, la ironía y la síntesis sirven para destacar las virtudes del escritor y su escritura. Suelen ser pedazos literarios exquisitos y muy divertidos. Personalmente, los disfruto mucho, en especial cuando no sé qué leer después de terminar una larga novela y queda ese vacío que no me permite comenzar una nueva, es ahí cuando el microrrelato, la minificción, un poemínimo te salva, te llena con sus poquitas palabras tan completas.

Referencias bibliográficas

Los textos aquí recuperados provienen de tres fuentes:

  • Varios. Relatos vertiginosos. Antología de cuentos mínimos. Selección y prólogo de Lauro Zavala. Alfaguara. México, D.F.: 2008
  • Eco. Umberto. Segundo diario mínimo. Editorial Lumen. Barcelona, España: 2000.
  • Huerta, Efraín. Poesía completa. Letras mexicanas, Fondo de Cultura Económica. México, D.F.: 1992

Para información más detallada sugiero el artículo de Violeta Rojo: