Guy de Maupassant: la vida cotidiana y la alineación

Henri-René-Albert Guy de Maupassant, mejor conocido como Guy de Maupassant (1850-1893), fue un reconocido escritor francés de la segunda mitad del siglo XIX que se destacó por sus dotes en el relato breve. Es considerado dentro del movimiento naturalista, ya que su obra recoge escenas y situaciones de la vida cotidiana sobre temas mundanos, con personajes tanto comunes como escandalosos, tales como prostitutas y locos, de los cuales hace descripciones detalladas, pero siempre cuidándose de emitir juicios morales, ya que en realidad lo que le interesaba era presentar a sus personajes tal y como eran, producto de su contexto y época.

Guy de Maupassant (1850-1893)

Maupassant, un hombre de su época

Maupassant tenía una particular forma de ver el mundo, con ayuda de la gran influencia de escritores como Schopenhauer y Sade, veía al mundo con un gran pesimismo y melancolía, un mundo vacío, sin esperanza y desolador, por lo que tuvo gran afinidad por el nihilismo. Su contexto enfrentaba cambios importantes, la apuesta era el progreso, la ciencia y la ambición de los emergentes grupos sociales, especialmente, el de la burguesía que tuvo su gran auge después de la guerra de revolución. Maupassant rechaza este estilo de vida, al considerarlo banal y superficial, y sigue por su camino hacia la reflexión que acentúa su carácter pesimista, trágico e infeliz.

El círculo artístico de la época se movía por las aguas del realismo y el naturalismo, pero con rezagos del romanticismo aún, especialmente en la transgresión de los límites estéticos como los conceptos de belleza, el interés por las artes ocultas y, aunque parece contradictorio, el auge de las ciencias médicas mentales, tanto la psiquiatría como la psicología, en especial el psicoanálisis que daba sus primeros visos. Esto desató la diversidad creativa que se complementaba con la gran libertad en la expresión artística, lo cual vino muy bien a Maupassant, ya que pudo indagar libremente por temas tabú que le apasionaban como la locura y la alienación.

De acuerdo con René Doumic, en su texto Escritores de hoy, Guy de Maupassant, el escritor se encargó de no mostrar su intimidad, sus preferencias, ni sus juicios; tampoco mostraba sus métodos de escritura porque no le interesaba teorizar sobre la literatura como muchos escritores de su época lo hicieron. Era un escritor impersonal, ya que no tomaba postura sobre sus historias ni personajes, su escritura era desde la observación directa de la realidad y así quedaba plasmada en sus escritos.

Muchos de sus personajes fueron reales, así como sus escenarios, como Normandía, su tierra natal. Dice Doumic al respecto,

“(…) Es dependiente de los medios por donde pasa, parece que todo su esfuerzo consiste en extraer la literatura que esos ambientes contienen, o incluso que su obra le sea impuesta sucesivamente por cada uno de ellos.”

Esta es una de las características que lo ubican dentro de la literatura naturalista. Maupassant, no crea ni inventa, parte de un hecho que es tomado de la realidad, es decir, de un elemento exterior, como una persona y sobre ella describir lo que la conformaba: su contexto, su oficio, su forma de hablar, sus valores y principios, sus pensamientos y formas de conducirse.

La influencia de Gustave Flaubert (1821-1880), de quien fue discípulo, fue ejercitar la observación particular percibida directamente, partiendo del principio de que no hay dos cosas iguales en el mundo por más parecidas que sean, y siempre se puede encontrar algo que nadie más haya visto, lo importante es observar lo suficiente hasta encontrar esa particularidad. La influencia de Sade le hace poner mayor énfasis en la inherente maldad humana y el deseo.

Es entonces lo inconsciente y lo imprevisible lo que dirige la vida humana, las decisiones que tomamos cada día están marcadas por el contexto y el azar, ¿en realidad tenemos control de nuestras vidas? Pareciera que, para Maupassant, el ser humano vive alienado por su cultura y poco puede hacer al respecto. Los finales de sus obras tienden a ser fatalistas, algunos cómicos por su ironía, pero no abre la puerta a la esperanza ni al final feliz.

Bola de Sebo (1880)

Los temas centrales en la obra de Guy de Maupassant son temas mundanos, comunes, pero poco retratados y reconocidos en su importancia. Por ejemplo, Bola de Sebo (1880), tiene de fondo la conquista alemana sobre los franceses; relata la historia de un grupo de personas que huyen de su tierra con la esperanza de un lugar donde poder vivir libres de los prusianos invasores. Los matrimonios burgueses, las monjas, el hombre que viaja solo y Bola de Sebo, una prostituta. En el viaje, el objetivo en común crea un ambiente de aparente sana convivencia, hasta que son retenidos a medio camino en una posada donde hicieron una parada para descansar. Un militar no les deja partir hasta cumplir su capricho de intimar con Bola de Sebo. La buena convivencia se afectó de inmediato, bajo el razonamiento del sacrificio de una integrante del grupo por el beneficio del resto, empujaron a la prostituta a que se entregara al prusiano, cuando ella no quería. Una vez que se ha sacrificado, el grupo puede partir a su lugar de destino. El resto del viaje es ignorada y desdeñada, condenada por haber cedido ante el enemigo, sin ningún mérito por su sacrificio. Ni las monjas, ni su pretendiente, ni los matrimonios se conmueven por ella.

Este es un retrato social, donde se exponen los principios y valores de la sociedad “intachable” (buenos matrimonios, nobles y religiosas). La prostituta es la protagonista, víctima, presa de su oficio y fama, usada por su grupo de viaje para el beneficio común. Al ceder a sus peticiones, es condenada, al fin y al cabo, nunca dejó de ser una mujer de la vida galante y no “merece” otro trato que el desdén y la condena moral. La que «pecó» fue ella, no los demás, quienes no dudaron en ofrecer a su compatriota, con más sentido nacionalista que todo el grupo de viajeros, al enemigo invasor.

Comentario personal

Los cuentos de Guy de Maupassant son imperdibles, no sólo por su calidad literaria sino porque reflejan una época: Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Es un contexto riquísimo artísticamente hablando, no sólo por la transición del romanticismo a otras propuestas como el realismo y el naturalismo. Su obra es imperdible porque es actual, al menos en gran parte de sus cuentos no se siente el paso del tiempo, no son historias que hay que desempolvar y tratar de entender el contexto y la época, especialmente se puede apreciar en sus personajes, en los cuales es muy fácil identificar aquellas emociones y reacciones humanas presentes en historias como Bola de sebo, la ingenuidad de la protagonista y el engaño del resto del grupo.

Recomiendo leer un cuento que me pareció muy divertido, se llama ¿Fue un sueño?, es una narración exaltada desde el inicio, empalagosa en algún momento, lo cual acentúa perfectamente el final inesperado que rompe de tajo toda aquella melcocha romántica y trágica del protagonista. Es un cuento breve que retrata muy bien el sentido del humor de Maupassant y una buena forma de iniciarse en su obra.

Bibliografía

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